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La plaza que escuchó por última vez a Ceaucescu

A la vista de cualquier persona parece una plaza normal, sin embargo, esta plaza esconde una historia un tanto bélica al mismo tiempo que heroica.


Antes de convertirse en la plaza de la revolución, esta explanada era el lugar donde se reunían los ciudadanos de aquella Rumanía comunista para escuchar los discursos que daba el entonces mandatario Nicolae CAucesc desde el balcón del palacio presidencial.


No obstante, el pueblo rumano se daba cuenta de todas las injusticias y represiones que se realizaban contra ellos, y cansados de ser burlados con los lujos que se permitían el dictador y su mujer, mientras ellos apenas contaban con algo de comer, hartos de las amenazas y la falta de libertad por parte de la Securitate, decidieron, un 21 de diciembre, protestar y levantarse en armas en contra de la cabeza del régimen comunista. La pareja escapó en helicóptero pero unas horas más tarde fueron detenidos y a los pocos días fueron sentenciados y ejecutados.



Sin embargo, esta lucha provocó una gran cantidad de víctimas mortales que sacrificaron su vida con la esperanza de que, a su país, llegaría la luz de un nuevo día y una nueva Rumanía. Fue así como este lugar, recibió el nombre de "Plaza de la revolución".


Hoy, en esta plaza, se recuerdan los nombres de las numerosas víctimas por medio de un memorial en forma de obelisco en el que está clavado un gran corazón negro, representando el corazón que compone todos aquellos grandes corazones que dejaron de latir en esa sangrienta lucha.


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