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¡Arriba, abajo, al centro y pa’dentro!

StartFragmentCasi todo el mundo lo conoce o al menos ha oído hablar de él. Es originario de uno de los magueyes más mexicanos que hay: el agave azul. Su nombre de pila es uno, Tequila, pero tiene diversos apellidos. Al tequila lo acompañan muchas historias, algunas buenas y otras no tanto. Mucho se escucha acerca de esta bebida nacional mexicana, pocos conocen su origen y el proceso que se sigue para que adquiera sus diferentes sabores, colores y aromas. El origen de la bebida tapatía- nombre con el que se le conoce a los provenientes de Jalisco-, se encuentra en la ciudad de Tequila, ubicada en el estado de Jalisco. Es por su ciudad de origen que recibe este nombre.


El nombre de Tequila proviene de la palabra náhuatl Tekilan, que quiere decir “Lugar de los trabajadores”. Actualmente es pueblo mágico y está declarado como patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO. Este poblado está lleno de montañas que ofrecen un paisaje totalmente agavero de color verde azulado. Sin embargo la arquitectura de esta región es muy pintoresca, pues incluye todo el colorido típico de los pueblos y ciudades mexicanas. Tiene 42.000 habitantes y la principal actividad económica es la producción de tequila. Fue aquí donde nació en el siglo XVI la bebida más famosa de México. El agave azul no sólo está presente en el estado de Jalisco, también crece en Michoacán, Nayarit, Guanajuato y Tamaulipas. Sin embargo, el principal productor es Jalisco, pues ahí se encuentran los principales productores de la bebida como José Cuervo, Sauza, Destiladora Rubio, La Herradura, Tequileño, entre otros.


Existen dos tipos de tequila, el que es 51% de agave, que está mezclado con otros azúcares de caña; y el 100% de agave que se clasifica en blanco, reposado, añejo y joven. Su clasificación depende de las sustancias agregadas y del tiempo de añejamiento.


Tequila blanco: es la base de todos los demás tequilas; se obtiene de la segunda destilación. Es transparente y su sabor es dulce debido al agave que contiene miel. Esta variedad es la que mejor conserva las propiedades del agave porque se embotella directamente después de ser destilado. Con este tipo de tequila se suelen hacer toda clase de cócteles.


Tequila reposado: Es el que mayor mercado abarca. Es más suave que el blanco debido a su proceso de producción, lo que lo hace diferente es que después del destilado lo pasan a unos barriles de roble blanco o encino como mínimo dos meses y cómo máximo un año; después se filtra y se envasa. Es por esto que tiene un sabor y olor amaderado y presenta también un toque de vainilla. El tequila reposado normalmente se bebe en caballitos escarchados con sal.


Tequila añejo: Este tequila es el que más tiempo pasa dentro del barril, más de un año. Seguido por la filtración y el envasado. Tiene un color ámbar y los toques de madera y vainilla son aún más intensos que los del tequila reposado. Éste tiene una variedad, el tequila extra añejo, que es cuando el tequila pasa en los barriles más de tres años, y por lo tanto es más elegante y costoso. Ambos suelen también tomarse en caballitos o en copas de tequila.


Tequila Joven: Esta variedad resulta de la combinación en frío de tequila blanco y añejo o reposado. Después de la combinación, pasa dos meses dentro de los barriles. Al final se filtra y se le añaden saborizantes. Es el más dulce de todos y el que se utiliza para la elaboración de las margaritas.


Otra bebida que también es una variante del agave azul es el mezcal. Sin embargo, su proceso es distinto al del tequila. Mientras que la piña del agave se cuece en hornos de mampostería para la producción del tequila, en el mezcal se cuecen en hornos de piedra más rústicos; lo que genera ese sabor más ahumado. Por otra parte, el mezcal se puede obtener de más de doce especies diferentes de agaves, mientras que el tequila únicamente del agave azul. Por último, en el mezcal suele encontrarse un gusano que es fuente de proteína. La próxima vez que tengas antojo de un tequila, ya sabrás cuál pedir y cómo prepararlo. O bien, si te apetece un rico mezcal puedes disfrutarlo acompañado del gusano; te recomiendo comerlo con un poco de limón y chile… ¡va a deleitar tu paladar! Por último, cuando tengas oportunidad recorre la ciudad de Tequila que te va a enamorar con su colorido y sus tradiciones. Súbete al tren que va de Tequila a Guadalajara y maravíllate con los paisajes agaveros. Conoce alguna planta tequilera, ve con tus propios ojos el proceso de destilación y termina cantando unas rancheras después de degustar unos cuantos tragos de tequila.

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