Superstición, creencia, mito o realidad… cualquiera de estos sustantivos pueden nombrar a la acción que se realiza cada vez que un visitante arroja una moneda con su mano derecha y de espaldas a la tan conocida Fontana di Trevi.
Esta fuente se ubica en una plazoleta pequeña que no se encuentra tan fácilmente. Suena paradójico que una fuente pueda ser tan grande y una plaza tan pequeña, pero es verdad, la fuente ocupa prácticamente toda el área de la Piazza di Trevi.
La Fontana di Trevi es uno de los puntos más turísticos de Roma. Todos van a verla, a admirar su grandeza combinada con belleza, como si se tratara de alguna deidad; sin embargo, la importancia de esta fuente, así como sus orígenes, pocos los conocen.
Existía una tradición romana en la que al final de un acueducto se edificaba una fuente para indicar que ahí había agua. Esta fuente está ubicada en el punto final del acueducto llamado Acqua Virgo, que se construyó en el año 39 a.C. cuando se encontró a 22 km de la ciudad una fuente de agua pura. Se dice que fue una doncella la que indicó al general Agripa la ubicación de aquel manantial, razón por la cual Agripa le puso el nombre de Acqua Virgo. Este acueducto se utilizó por más de cuatrocientos años; sin embargo, cuando llegaron los Godos, destruyeron muchos acueductos y este fue uno de los que sufrió el ataque.
No fue hasta el renacimiento cuando se reparó el acueducto y se retomó la costumbre de construir una fuente al final del acueducto; empero, la fuente que levantó no era más que una simple pila que en el siglo XVIII decidieron modificar para hacer algo más majestuoso, como era típico en la arquitectura y arte renacentista. Fue Nicola Salvi quien ganó el proyecto para rediseñar esta fuente de estilo barroco, desafortunadamente murió antes de que pudiese ver su obra completada. Quien prosiguió con la magna construcción fue Giovanni Pannini, quien terminó la fuente en 1762.
El tema de esta obra se llama “Domando las Aguas” y el fondo que enmarca la fuente es un palacio llamado Poli. Dos tritones son los que guían la carroza de Neptuno en forma de concha marina. Detrás de Neptuno se puede ver un arco y también hay alegorías a la abundancia y la salud.
Se dice que todo el que vaya a Roma debe visitar la Fontana di Trevi y arrojar una, dos o tres monedas de espaldas a la fuente, con el brazo derecho y pasando por el hombro izquierdo. Quien arroja una moneda, asegura su regreso a la capital italiana, en cambio si se arrojan dos, se dice que esa persona se casará en Roma, pero si se arrojan tres es posible que se divorcie. Cada quien sabrá qué tradición seguir y cuántas monedas arrojar, pues hay gente interesada en cualquiera de las tres opciones.
A los amantes del cine y de Italia, se les recomienda ver las películas “La dolce Vita”, “Elsa y Fred” y “Tres monedas en la fuente”, en donde la Fontana di Trevi ha sido escenario y protagonista de las historias cinematográficas.